lunes, 8 de noviembre de 2010

El locus TRAF1-C5 aumenta el riesgo de Artritis Reumatoide con Anticuerpos Anti Peptido Cíclico Citrulado.


La artritis reumatoide (AR) es la enfermedad inflamatoria articular crónica más frecuente en la población general. Predomina en el sexo femenino y la incidencia es mayor entre los 40-60 años. Se considera que la AR se desarrolla en sujetos genéticamente predispuestos por la acción de un factor ambiental. Se relaciona en el 70% de los casos con el haplotipo DR4, lo que indica cierta predisposición genética. DR4- asociación a la artritis reumatoide. DR3-asociación con toxicidad renal por sales de oro y penicilamina y toxicidad cutánea y hematológica por sales de oro. Se ha demostrado que los genes PTPN22 y HLA-DRB1 tiene una fuerte asociación con la artritis reumatoide. Variaciones de estos genes aumentan el riesgo de padecer un subtipo de AR severa que se caracteriza por la presencia de anticuerpos anti peptido cíclico citrulado (PCC). Histológicamente se observa una sinovitis crónica con hiperplasia e hipertrofia de las células sinoviales, acompañada por un infiltrado de monocitos y linfocitos T (sobre todo CD4 y en menor medida CD8 citotóxicos). Ambas poblaciones expresan el antígeno de activación inicial CD69. En la membrana sinovial se forma factor reumatoide y otras inmunoglobulinas policlonales, que determinan la formación de inmunocomplejos in situ.

Aparte del los AINES, corticoides y los fármacos modificadores de la enfermedad actualmente se están utilizado para el tratamiento los siguientes fármacos; Inhibidores del TNF alfa como el etanercept (receptor TNF alfa tipo II unido a IgG1) o el infliximab (Remicade, anticuerpo monoclonal quimérico frente a TNF alfa) que controlan la sintomatología de la enfermedad en aquellos pacientes refractarios al tratamiento con fármacos modificadores de la enfermedad. Con menos experiencia de uso pero que también se pueden utilizar en el tratamiento de la AR, el adalimumab ( Humira, un anticuerpo totalmente humanizado) y el ya conocido rituximab (rituxan) que se utiliza mas en el tratamiento de linfomas. Estos fármacos, al interferir con el sistema inmune, en algunas ocasiones alteran sus funciones produciendo aumento en la incidencia de infecciones severas y aparición de anticuerpos anti-DNA, sin desarrollo concomitante de lupus. En pacientes con enfermedad severa que no responden a tratamiento o que presentan manifestaciones severas extraarticulares como vasculitis se utiliza tratamiento inmunosupresor. La azatioprina, la ciclofosfamida, la ciclosporina y la leflunomida.

Esta semana se publica un articulo en el NEJM en el que se demuestra una asociación entre una variante genética en el locus TRAF1-C5 del cromosoma 9 y el aumento de riesgo de padecer artritis reumatoide con anticuerpos Anti Peptido Cíclico Citrulado.

Estudio en el que participaron 1522 pacientes con AR y 1850 controles. Todos los pacientes presentaban el Ac. Anti Peptido Cíclico Citrulado (PCC). En total se genotiparon mas de 300000 polimorfismos. Se encontró una asociación significativa con AR en dos genes que están relacionados con la inflamación crónica; el TRAF1 ( que codifica el factor 1 del receptor del factor de necrosis tumoral) y el C5 ( que codifica el componente 5 del complemento).

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